El presidente electo, Bernardo Arévalo, decidió no renunciar al cargo de diputado del Congreso de la República. Por ahora tiene inmunidad por participar en las Elecciones Generales 2023 y con ese beneficio continuará cuando concluya el proceso electoral, el 31 de octubre. Además, como congresista también goza del derecho de antejuicio.
En perspectiva. Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral entregarán a Arévalo la credencial de presidente electo, que incluye la protección legal que establece las inmunidades y preeminencias correspondientes al cargo obtenido, según el artículo 127 de la Ley Electoral.
- Es la primera vez que un diputado electo popularmente gana una elección presidencial; por ello, Arévalo tomará posesión con inmunidad incluida al mantener su curul.
- Previo a que el presidente electo tomara una postura firme sobre el tema, colegas suyos en el Legislativo, como el diputado Roberto Calderón, del partido oficial Vamos, le animaron a dedicarse exclusivamente a las tareas de transición y en definir a su gabinete.
Voces (I). El constitucionalista y expresidente del Congreso, Roberto Alejos, deja claro que desde el punto de vista legal, el presidente electo no está obligado a dejar su cargo como congresista, para el cual fue electo por cuatro años. “Su campaña electoral coincidió con el receso de medio año en el Congreso”, recuerda.
- Desde el ámbito económico, Alejos comenta que el presidente electo tiene hoy un salario por todos conocido (de Q29,150 como diputado), por lo que de mantener su curul, tampoco sería una incógnita el origen del dinero con el cual vivirá de aquí hasta la toma de posesión. “No como ocurrió con otros expresidentes, de quienes siempre hubo duda de quién los mantuvo previo a que asumieran funciones”.
- También le da maniobra política al continuar como diputado, añade Alejos. “Tiene derecho a interpelar, citar a funcionarios y estar de cerca a la realidad del Congreso”, afirma.
- La única función pública que tiene Arévalo es el proceso de transición, además de elegir a las personas que ocuparán unos 300 puestos clave, con un equipo que trabaja ad honorem. “Si me hubiera preguntado mi, le habría dicho que continúe como diputado para evitar centralizar todo en torno a su figura, como lo hicieron sus antecesores”, refiere el político.
Voces (II). La renuncia es un hecho intrascendente para el catedrático y exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Luis Fernández Molina, “específicamente por lo inoperante que es el Congreso con los oportunistas políticos que lo integran”.
- “De haber renunciado, podía dedicarse de lleno a los asuntos de transición. Ahora puede continuar como legislador y donar el sueldo para evitar comentarios de que usufructúa ese ingreso sin hacer nada”, añade Fernández, y deja tácito que la renuncia no es algo que deba hacer.
- El caso de Arévalo está lejos de parecerse al del expresidente Jimmy Morales, quien una vez entregó la banda presidencial, “corrió” para asumir como diputado del PARLACEN y no perder el derecho de antejuicio.
Conclusión. Alejos lamenta que sea una costumbre que jueces, magistrados y abogados interpreten la ley conforme a su conveniencia, sin observar la intención con la que el legislador la creó.
- “Hay que buscar la claridad con que se hizo la Constitución y no la complejidad con la que ahora se está interpretando la Ley”, asevera.
Hemeroteca. Arévalo es el primer diputado electo como presidente de Guatemala. Otro congresista que dirigió el país por designación del Congreso fue Ramiro de León Carpio (1993-1996). Ejerció como legislador antes y después de la alta magistratura, pero no era legislador al momento de ser designado presidente.
- Lo mismo ocurrió con Alfonso Portillo, que habiendo sido diputado antes, llegó a la presidencia con el voto popular.
Con información de Republica