El reloj marcaba las 6 P.M del sábado 30 de agosto cuando transportistas de un bus denominado Flor de Mayo, cargado de sueños, cansancio y rutina, se convirtió en el escenario de una tragedia que nadie esperaba.
A la altura del kilómetro 68, en ruta de Santa Lucía Cotzumalguapa hacia Escuintla, el viaje fue interrumpido por el caos. Hombres armados abordaron el bus y, con gritos y amenazas, comenzaron a despojar de sus pertenencias a los pasajeros. Pero lo que parecía un asalto más en la larga lista de crímenes impunes, se transformó en algo peor: un tiroteo dentro del bus.
Las balas no tienen nombre, pero dejaron marcas. Diego Pop, de 35 años, de aldea Yutbal, Lanquín, Alta Verapaz no salió con vida de esa noche. Su cuerpo quedó tendido, víctima de un hecho que aún no tiene explicación clara. Pasajeros resultaron heridos: Nicolás Asik, de 47 años, recibió un disparo en el tórax y fue trasladado de emergencia al hospital. Marta Alicia Boch, de 35, fue alcanzada por una bala en el costado derecho. Ambos están bajo observación médica.
La escena fue cubierta por los Bomberos Voluntarios, quienes, una vez más, llegaron para recoger pedazos de una violencia que ya parece parte del paisaje.
Mientras tanto, el bus, que alguna vez prometió llegar al destino, ahora forma parte del recuerdo amargo de una noche en que el viaje se convirtió en pesadilla.




