
En una noche de horror en la Zona 5 de Villa Nueva, un joven pandillero del Barrio 18 cometió un asesinato brutal al acabar con la vida de su madre para ofrecerla como sacrificio a la Santa Muerte. Los disturbios comenzaron alrededor de las 23:00 horas del pasado lunes, cuando los vecinos escucharon gritos desgarradores provenientes de una vivienda en la 1ra. Avenida “B” de la colonia Paraíso.
La desesperación se apoderó de los residentes al oír los gritos de una mujer pidiendo ayuda. Los vecinos rápidamente contactaron a los bomberos y a la Policía Nacional Civil (PNC), quienes, a pesar de prometer una pronta llegada, no se presentaron sino hasta horas de la mañana del martes.
Las autoridades enfrentaron dificultades para ingresar a la residencia de Paulo Estuardo Martínez Morales, de 22 años, y su madre, Karla Waleska Morales Sagastume, de 53 años. El joven alegó que no podían entrar debido a un perro agresivo y aseguró que su madre estaba de viaje en Jutiapa. A las preguntas sobre las manchas de sangre en su ropa, respondió que se había caído y que eso explicaba el ensuciamiento.
Sin embargo, cuando las autoridades finalmente lograron ingresar, se encontraron con una escena macabra: manchas de sangre en las paredes, un cuchillo ensangrentado y el cuerpo de la mujer con múltiples heridas de arma blanca. El joven estaba sentado junto al cadáver con una actitud inquietantemente calmada.
Durante su interrogatorio, Martínez Morales afirmó que la Santa Muerte le había ordenado sacrificar a su madre como un tributo. Este acto de violencia extrema ha dejado a la comunidad en estado de shock.
Martínez Morales es conocido por su afiliación con el Barrio 18, este sujeto tiene dos antecedentes por tenencia de municiones de uso exclusivo del Ejército de Guatemala, del 2023, estuvo detenido en el sector 7 del Preventivo de la zona 18 y por robo de terminal móvil, en este año, de donde había obtenido libertad condicional. La noticia se ha visto intensificada por la actitud desafiante del joven al ser capturado, sonriendo y haciendo gestos asociados a su pandilla mientras ingresaba a la patrulla.
El crimen ha generado un gran miedo entre los residentes de la colonia, quienes critican la falta de respuesta oportuna de las autoridades. La sensación de inseguridad y la brutalidad del hecho han dejado a la comunidad con una profunda preocupación por la creciente violencia en la zona.
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