La carretera que conecta Jalapa con San Pedro Pinula volvió a ser escenario de una tragedia. En el kilómetro 108, la vida de Jhony Matías Hernández Gómez, un joven de 24 años y agente de la Policía Municipal de Tránsito, se apagó en cuestión de segundos.
No fue la velocidad, ni el alcohol, ni una imprudencia al volante. Fue un cerdo —sí, un animal que apareció de la nada— el que marcó el destino. El coche se cruzó sin aviso, y Jhony, en su motocicleta, no pudo esquivarlo. El impacto fue brutal: ambos murieron en el acto.
Los Bomberos Voluntarios llegaron de inmediato, pero ya no había nada qué hacer. La noticia corrió rápido en San Pedro Pinula: el agente que regulaba el tránsito y velaba por la seguridad vial había perdido la vida en una ironía cruel de la carretera.
Las autoridades llaman a extremar precauciones, sobre todo en rutas rurales donde la línea entre la vida y la muerte puede ser tan delgada como la sombra de un animal atravesando el asfalto.


