En los últimos meses, las estafas a través del esquema Ponzi han adoptado una nueva forma en Guatemala, utilizando grupos de WhatsApp y Telegram para captar a víctimas que buscan generar ingresos extra desde casa. Los estafadores ofrecen trabajos sencillos y bien remunerados, e invitan a las personas a realizar tareas aparentemente inocentes, como reproducir vídeos en redes sociales, dar “me gusta” y tomar capturas de pantalla. Estas tareas, presentadas como una forma fácil de ganar dinero, son solo el gancho inicial de una estafa que ha afectado a cientos de personas.
El esquema comienza de manera atractiva. Los participantes, tras ser contactados a través de redes sociales o por invitación en grupos de mensajería, son llevados a una plataforma donde deben completar tareas sencillas por unos días a modo de “prueba”. En este período inicial, los participantes pueden ganar entre Q.20.00 y Q.40.00 diarios, una cantidad que, aunque modesta, resulta convincente para muchos. La promesa de ingresos rápidos y fáciles suele ser suficiente para mantener el interés.
Sin embargo, tras los primeros días, el verdadero propósito del esquema Ponzi comienza a revelarse. A las víctimas se les ofrece la posibilidad de ganar mucho más dinero si “invierten” en suscripciones, las cuales varían en costo desde Q.2,500.00 hasta Q.25,000.00, dependiendo del nivel adquirido. Supuestamente, estas suscripciones permiten a los usuarios realizar entre cinco y diez tareas diarias, con la promesa de recuperar la inversión en uno o dos meses. Este es el punto clave del esquema: los participantes deben aportar su propio dinero, bajo la ilusión de obtener retornos significativamente mayores en un corto plazo.
Lo que muchas personas no se dan cuenta es que el esquema está diseñado para colapsar. Mientras los nuevos miembros siguen inyectando dinero en la “plataforma”, los organizadores pueden mantener las apariencias y pagar las recompensas prometidas. Sin embargo, en el momento en que las nuevas inversiones se retrasan o disminuyen, el esquema colapsa. Los estafadores, que manejan estos grupos y plataformas, desaparecen sin dejar rastro, llevándose consigo el dinero invertido por los participantes.
Decenas de personas ya han reportado haber sido víctimas de este tipo de estafa, perdiendo desde pequeñas cantidades hasta sumas considerables. En muchos casos, las víctimas son atraídas por conocidos o contactos de confianza que, sin saber que están involucrados en un fraude, invitan a otros a participar en el esquema. Esto refuerza la ilusión de legitimidad y hace que más personas caigan en la trampa.
Las autoridades han emitido advertencias sobre estos esquemas fraudulentos y han pedido a la población estar alerta ante cualquier oferta de trabajo que implique la realización de tareas irrelevantes con promesas de ingresos fáciles. Además, instantan a no realizar ningún tipo de pago o inversión sin verificar primero la legitimidad de la empresa o plataforma en cuestión.
En resumen, estos esquemas Ponzi representan un peligro creciente para los guatemaltecos que buscan mejorar su situación económica. Las promesas de grandes ganancias en poco tiempo pueden parecer tentadoras, pero es crucial recordar que, en muchos casos, cuando algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo es.