Según informes locales, luego de que los presuntos delincuentes perpetraran el asalto, los habitantes de la zona decidieron tomar la situación en sus propias manos, cansados de la creciente ola de delincuencia que azota la región. Armados con coraje y determinación, los pobladores emprendieron una persecución que culminó en la aldea Tiucal, donde lograron interceptar a los sospechosos.
El enfrentamiento no se limitó simplemente a la detención de los presuntos delincuentes. Testigos presenciales relatan que los pobladores sometieron a los sospechosos a golpes y amenazas de quemarlos vivos como represalia por sus acciones delictivas. Incluso, el vehículo en el que se movilizaban los presuntos delincuentes, un taxi, fue volcado y prendido fuego por la turba enardecida.
Entre los detenidos se encontraba una mujer, quien también fue objeto de agresiones físicas por parte de los pobladores. La situación alcanzó su punto crítico antes de que las autoridades locales, en coordinación con la Policía Nacional Civil (PNC), intervinieran para restablecer el orden y garantizar la seguridad de todos los involucrados.
Dos presuntos delincuentes lograron escapar antes de ser capturados, pero los otros dos fueron entregados a las autoridades correspondientes para enfrentar el debido proceso legal. La PNC se encargó de trasladar a los detenidos a las instalaciones adecuadas para la investigación y eventualmente la presentación ante la justicia.
