En la mañana del jueves 12 de septiembre, el municipio de Chiquimulilla se vio sacudido por un acto de violencia inconmensurable que arrebató la vida de Hugo Grajeda Vásquez, un profesor de 38 años conocido y querido en su comunidad. Grajeda Vásquez, quien se dirigía a su centro educativo en la comunidad de Las Lisas, fue brutalmente asesinado a bordo del autobús de la ruta “Princesa” en el kilómetro 147, aldea La Mocha, Pasaco Jutiapa.
El ataque, que ocurrió mientras el autobús transitaba por la carretera, no solo cobró la vida del profesor, sino que también dejó a Aura Patricia López Díaz, una docente de 44 años, gravemente herida. En medio del caos y la desesperación, el piloto del autobús, con valentía y rapidez, se dirigió hasta el kilómetro 160 en Casas Viejas, donde se encontraba una estación de Bomberos Municipales Departamentales. Allí, López Díaz fue trasladada de emergencia al centro asistencial de Guazacapán.
A pesar de los esfuerzos heroicos del personal médico, Aura Patricia López Díaz sucumbió a sus heridas el día siguiente por la mañana, dejando un vacío en el corazón de sus seres queridos y en la comunidad educativa.
Según las primeras investigaciones de la Policía Nacional Civil, el ataque fue claramente dirigido hacia el profesor Grajeda Vásquez, mientras que López Díaz se encontraba en el lugar y fue alcanzada por las balas de manera incidental. Ambos docentes se dirigían a realizar actividades patrias, un hecho que acentúa aún más la crueldad y el sinsentido de este ataque.