Con la reciente extradición del expresidente del Congreso Luis Rabbé desde México, tras permanecer prófugo por varios años, han revivido detalles de su salida del Legislativo y huida del país, tras ser señalado en un caso de plazas fantasmas.
Era mayo de 2016, cuando el Ministerio Público (MP) y la entonces Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) develó un caso de corrupción en el Legislativo, relacionado con la presunta contratación de personas que no llegaban a trabajar, pero sí cobraban un salario.
Uno de los señalados era Rabbé, a quien se le retiró la inmunidad el 23 de agosto de ese año; sin embargo, para entonces ya no estaba en suelo guatemalteco.
El 19 de ese mismo mes había pedido permiso para ausentarse de sus labores durante un mes, sin goce de salario, y dos días después salió con rumbo a Nicaragua, según trascendió en su momento.
Foto de Archivo: Karla Gutiérrez/Soy502
Quería conservar su curul
Desde los citados eventos, no se le volvió a ver, y, aunque se le negó el permiso que había solicitado, en los días siguientes presentó varias cartas de excusa, en busca de conservar su curul.
La que siguió fue presentada el 22 de agosto, y en ella informaba encontrarse en el extranjero, sosteniendo reuniones y entrevistas con diferentes entidades, debido al “acoso y persecución política” en su contra.
Nueve días después, envió otra misiva, en la cual indicaba estar imposibilitado para asistir a la sesión plenaria convocada para el 31 de ese mismo mes, por estar enfermo. La siguiente excusa fue el 1 de septiembre, pero ya no especificó el motivo de su ausencia.
Foto de archivo: Karla Gutiérrez/soy502
Así lo desforaron
Días después, el MP confirmó que había una orden de captura en su contra y empezaron los movimientos a lo interno del parlamento para desaforarlo.
El entonces presidente de ese organismo, Mario Taracena, planteó a sus compañeros la necesidad de suspender a Rabbé a como diputado y juramentar a Hugo Fernando García Gudiel en su lugar.
Taracena alegaba que mantenerlo en el puesto implicaba obstruir la justicia, y aseguraba que Rabbé no regresaría para entregarse a la justicia. Tales argumentos finalmente fueron respaldados por sus colegas, quienes el 22 de septiembre llamaron a su relevo.
Empero, tres días antes, el expresidente del Legislativo y para entonces prófugo ya había remitido otra carta, en la cual pedía una licencia por dos meses, sin goce de sueldo.
El texto era extenso y en él acusaba estar siendo víctima de violación a sus derechos fundamentales. También hacía ver que su permanencia fuera del país era para “poder expresarle a varias organizaciones y personas de pensamiento abierto y democrático lo que Guatemala está experimentando”.
Foto de archivo: Karla Gutiérrez/Soy502
Foto de archivo: Karla Gutiérrez/Soy502
Fuente: Soy502
